Glorioso Aniversario AMIP BARCELONA

Calidad, no cantidad



En los últimos tiempos, hay algunos valores vitales para la iglesia que se están obviando, y lo peor, se están reemplazando por ideas o pensamientos que nada tienen que ver con los valores deseados por el Señor en su iglesia.

Uno de esos valores que se está obviando, es la calidad en aquellos que profesamos fe en Jesucristo. La calidad es un valor vital en la iglesia del Señor, es una de las cualidades que Dios busca en la iglesia. Cuando los madianitas en el tiempo de los jueces se levantaron contra Israel, Dios encontró en el hijo menor de Joás abiezerita, de nombre Gedeón, la calidad deseada por Dios para enfrentar a los madianitas. Dice el texto sagrado acerca de Gedeón que era "
varón esforzado y valiente"; Jueces 6:12, lo cual evidencia su calidad. Pero, ¿tenían los demás israelitas la calidad que tenía Gedeón?

A esta pregunta solo podemos responder por medio del texto sagrado, el cual dice que para enfrentar a los madianitas, Gedeón consiguió reunir a 32.000 mil hombres;
Jueces 7:1-3, un número insuficiente para enfrentar a los madianitas, los cuales contaban con un ejército de 135.000 mil hombres. Insuficiente era, si consideramos la cantidad más importante que la calidad, que es la idea que hoy prevalece en general en la iglesia, porque en la iglesia ya no se habla de la calidad de los creyentes, sino de la cantidad de los creyentes que hay en la congregación, aunque para Dios la calidad sea más importante que la cantidad. De estos 32.000 hombres dijo Dios: "el pueblo que está contigo es mucho…"; Jueces 7:2. La razón de esta declaración divina esta basada en el conocimiento que Dios tenía de aquellos hombres, entre los cuales se encontraban 22.000 hombres medrosos y cobardes, con los cuales Dios no contó por carecer de calidad, "Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil"; Jueces 7:3. Esto demuestra que Dios busca calidad y no cantidad.

Pero aún el texto sagrado nos sorprende con otra declaración divina, que según el texto sagrado sería "
aún es mucho el pueblo"; Jueces 7:4. Aún de entre los 10.000 hombres que habían quedado con Gedeón, había que excluir a algunos para enfrentar a los madianitas por carecer de calidad. A estos, Dios determinó probar; dice el texto sagrado "llévalos a las aguas, y allí te los probaré"; Jueces 7:4. La palabra traducida como probar es צָרַף tsaráf, cuyo significado básico es fundir y refinar. El significado en este contexto es "comprobar", lo cual revela la intención de Dios, que era demostrar que algunos de entre los 10.000 hombres no eran aptos para la batalla por carecer de calidad, a los cuales había que excluir, porque la batalla de la fe se gana con calidad, no con cantidad.

Tras la prueba, sólo 300 hombres demostraron ser aptos para enfrentar a los madianitas, es decir, que de los 10.000 hombres con los que se suponía que Gedeón contaba, 9.700 no superaron la prueba.

Que importante es la calidad para Dios. La calidad es la propiedad o conjunto de propiedades inherentes a algo, que permiten juzgar su valor. En los creyentes hay propiedades inherentes, es decir, que no se pueden separar del creyente por estar unidas a el por naturaleza, por medio de las cuales el creyente da testimonio de su valor, de lo que el vale. La calidad de los creyentes es la que permite juzgar su valor. Para Dios la cantidad no puede reemplazar la calidad.

En la actualidad, se esta reemplazando la calidad por la cantidad. Se busca principalmente llenar los templos, con cuantas más personas mejor. La idea de tener a miles de personas abarrotando una mega congregación, esta imponiéndose sobre la calidad de los que están en la congregación; lo único que importa es el número. Pero, ¿podrán aquellos que están imponiendo la idea de cuantos más seamos, mejor, derrotar a los enemigos de la obra de Dios? De nada sirve la cantidad, cuando no hay calidad en el pueblo, para la batalla de la fe.

Recordemos la experiencia de Israel, cuando este se propuso tomar a Hai. En aquella ocasión Israel tenía un ejército mucho más numeroso que el de Hai, pero también tenía prevaricadores, por lo que cayó derrotado de forma humillante. Cuando Josué, quien lideraba el pueblo, preguntó a Dios por lo sucedido, recibió la siguiente respuesta: "
Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro? Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también han tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres. Por esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han venido a ser anatema; ni estaré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros"; Josué 7:10-12. El motivo de la derrota no fue que Josué envió pocos hombres para tomar a Hai, sino que había anatema en el pueblo. Con menos hombres de los que envió, hubiera tomado a Hai, sino hubiera habido anatema en el pueblo. La desaparición del anatema trajo la victoria sobre el pueblo, pues la calidad era necesaria en el pueblo.

Ahora el anatema ya no se destruye, porque cuenta; cuenta para engrosar la relación de miembros en la congregación, cuenta para incrementar los ingresos.

Reflexionemos, y glorifiquemos a Dios con la calidad y no con la cantidad. Desechemos la idea de que con la cantidad ganaremos la batalla de la fe. Dios sigue buscando la calidad en su pueblo.

Cambiando la verdad de Dios por la mentira

Salmo 91:1, La Palabra de Dios nos asegura que si nos cobijamos (habitar) al abrigo de Dios, moraremos bajo la sombra del omnipotente (estaremos protegidos). Este Salmo nos habla de seguridad, protección, cuidado amoroso, ser ayudado por los Ángeles, victoria, etc. Habitar es morar, vivir, habla de permanencia. La Biblia nos dice: “Habitaré y andaré entre ellos” 2 Corintios 6:16. “Mi pueblo habitara en morada de paz” Isaías 32:18. “Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones” Efesios 3:17. Notemos que todos estos pasajes de lo que hablan es de permanencia bajo esa sombra, y es que la Biblia nos enseña que nuestra lucha no es contra sangre y carne, porque si así fuera, lucharíamos con armas carnales. Nuestra batalla es contra “principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” Efesios 6:12. Por esa razón se nos ordena a vestirnos de toda la armadura de Dios, para poder estar firmes. Y a esta armadura de Dios se le llama en 2 de Corintios 10:4 “armas de nuestra milicia, poderosas en Dios, para la destrucción de fortalezas”.

Estamos hablando aquí de confianza total en los recursos divinos y en los medios que El usa para tenernos bajo su protección y cuidado. Lamentablemente la iglesia de Jesucristo esta siendo desviada por predicadores y líderes que están copiando todo lo que ven en aquellos que no confían en el poder de la Palabra y del Espíritu Santo, y lo sustituyen por dramas o como lo llaman ahora “una lección objetiva”. Con pena vemos como a través del tiempo han ido surgiendo herejías en medio de la iglesia; vemos como se corrompe el culto a Dios. Mucha de la música que se toca y los himnos que se cantan imitan a la farándula. Ya no se aprecia lo genuino de Dios y mucho pueblo de Dios esta siendo influenciado por el mundo para cambiar la verdad de Dios por la mentira. En el capítulo uno de Romanos Dios condena al mundo por esas prácticas paganas “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles, versos 21-23.  Asimismo hoy, muchos están cambiando lo genuino de Dios por lo falso del hombre, lo santo por lo profano y lo cristiano por lo mundano. Tal es la corrupción dentro de las filas del cristianismo, que iglesias una vez llenas del Espíritu Santo, hoy sustituyen la manifestación genuina del Espíritu Santo por la programación del hombre. Cuando buscamos a Dios de todo corazón, somos movidos por él a consagrar nuestras vidas en santidad y honor. Pero cuando las Iglesias y las misiones pierden ese contacto con Dios, comienzan a planificar los cultos, y como Dios no está en esa planificación, pues se le da a la iglesia alguna dramatización que no es otra cosa que una sustitución de lo divino por lo mundano.

Ejemplo de esto son las cosas raras que están viéndose como parte de los cultos; como colocar una sombrilla de playa frente al altar en una convención y decirle a la iglesia que eso significa estar bajo la sombra de Dios, “pasen bajo la sombrilla y recibirán la unción” así de fácil. Pero amados lectores, Dios en el Salmo 91 no habla de pasar, sino de habitar. A la iglesia hay que llevarla a la búsqueda del rostro de Dios, y no a dar una pasada. Claro que ellos preparan un ambiente de emocionalismo. Estos líderes buscan llevar a la iglesia a recibir una descarga de emoción pasajera, una pasada bajo la sombrilla de playa y a saltar y a tirar los zapatos porque el lugar es santo. Pero no hay una obra de santificación ni una experiencia real con Cristo que marque esas vidas, que los cambie, que los transforme, que los convierta en verdaderos cristianos, útiles a la obra del Señor. Solo se trata de emoción momentánea, de entretenimiento pasajero.

Si usted examina con cuidado las Sagradas Escrituras, sabrá que en el Nuevo Testamento, en donde se nos relata el desarrollo de la iglesia y donde está la doctrina santa para que esa iglesia la guarde, nunca se presento el mensaje por medio de dramas o como lo llaman ahora los “dramaturgos” modernos, “lecciones objetivas” que no es otra cosa que el mismo perro con diferente collar. No hubo en la iglesia primitiva sombrillas, ni escobas, ni títeres, ni marionetas, ni grupos de danzarinas,  ni cómicos, ni los hermanos se disfrazaban de demonios, ni los apóstoles les perseguían con espadas de palo, ni dramas ni “lecciones objetivas”. Lo que si había era Palabra úngida, enseñanza profunda, oración, ayuno, Bautismos en el Espíritu Santo, poder, santidad, temor de Dios y frutos del Espíritu. Pero si estas cosas se sustituyen por el entretenimiento pasajero; la iglesia que lo practica llega a pensar que eso es evangelio. Y se torna en una iglesia liviana, abierta al mundo, y es así que entran las zorras pequeñas que echan a perder la viña, se meten la pintura, el recorte en la mujer, el pelo largo en los hombres, las faldas cortas, los vestidos ceñidos al cuerpo, transparentes, escotes pronunciados, el mundo, los demonios, la fornicación, el adulterio, y todo esto bajo la sombrilla del hombre, y por la escoba que barre debajo de la alfombra y por los lideres que le echan tierrita al pecado. Para el que busca emociones pasajeras y entretenimiento, una pasada bajo la sombrilla basta. Sigan bailando con la escoba, que un día de estos salen volando montados sobre ellas. En cuanto a nosotros, queremos lo genuino de Dios, aunque nos cueste. No queremos dramas, dennos el mensaje poderoso de la Palabra. Que nos exhorte, nos consuele y nos edifique. Definitivamente NO acepto ese otro evangelio. Queremos lo genuino de Dios.





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Somos una Asociación Misionera de Iglesias Pentecostales, AMIP, establecida en distintos países del mundo, América, Europa, Africa, Asia y Oceanía. Hemos unido y asociado esfuerzos identificados en la visión del Señor Jesús de "Ir y hacer discípulos en todas las naciones" antes que venga el fin sobre la tierra. La Asociación Misionera de Iglesias Pentecostales es una obra evangélica, cristiana, misionera, pentecostal, trinitaria, no ecuménica, de fundamento bíblico y proclamamos que el hombre es salvo por fe, por gracia y por Jesús.
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