Salmo 91:1, La Palabra de Dios nos asegura que si
nos cobijamos (habitar) al abrigo de Dios, moraremos bajo la sombra del
omnipotente (estaremos protegidos). Este Salmo nos habla de seguridad,
protección, cuidado amoroso, ser ayudado por los Ángeles, victoria, etc.
Habitar es morar, vivir, habla de permanencia. La Biblia nos dice:
“Habitaré y andaré entre ellos” 2 Corintios 6:16. “Mi pueblo habitara en morada de paz” Isaías 32:18. “Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones” Efesios 3:17.
Notemos que todos estos pasajes de lo que hablan es de permanencia bajo
esa sombra, y es que la Biblia nos enseña que nuestra lucha no es
contra sangre y carne, porque si así fuera, lucharíamos con armas
carnales. Nuestra batalla es contra “principados, contra potestades,
contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes” Efesios 6:12.
Por esa razón se nos ordena a vestirnos de toda la armadura de Dios,
para poder estar firmes. Y a esta armadura de Dios se le llama en 2 de Corintios 10:4 “armas de nuestra milicia, poderosas en Dios, para la destrucción de fortalezas”.
Estamos hablando aquí de confianza total en los recursos divinos y en
los medios que El usa para tenernos bajo su protección y cuidado.
Lamentablemente la iglesia de Jesucristo esta siendo desviada por
predicadores y líderes que están copiando todo lo que ven en aquellos
que no confían en el poder de la Palabra y del Espíritu Santo, y lo
sustituyen por dramas o como lo llaman ahora “una lección objetiva”. Con
pena vemos como a través del tiempo han ido surgiendo herejías en medio
de la iglesia; vemos como se corrompe el culto a Dios. Mucha de la
música que se toca y los himnos que se cantan imitan a la farándula. Ya
no se aprecia lo genuino de Dios y mucho pueblo de Dios esta siendo
influenciado por el mundo para cambiar la verdad de Dios por la mentira.
En el capítulo uno de Romanos Dios condena al mundo por esas prácticas
paganas “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios,
ni le dieron gracias, sino que su necio corazón fue entenebrecido.
Profesando ser sabios se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios
incorruptible en semejanza de hombre corruptible, de aves, de
cuadrúpedos y de reptiles, versos 21-23. Asimismo hoy, muchos están
cambiando lo genuino de Dios por lo falso del hombre, lo santo por lo
profano y lo cristiano por lo mundano. Tal es la corrupción dentro de
las filas del cristianismo, que iglesias una vez llenas del Espíritu
Santo, hoy sustituyen la manifestación genuina del Espíritu Santo por la
programación del hombre. Cuando buscamos a Dios de todo corazón, somos
movidos por él a consagrar nuestras vidas en santidad y honor. Pero
cuando las Iglesias y las misiones pierden ese contacto con Dios,
comienzan a planificar los cultos, y como Dios no está en esa
planificación, pues se le da a la iglesia alguna dramatización que no es
otra cosa que una sustitución de lo divino por lo mundano.
Ejemplo de esto son las cosas raras que están viéndose como parte de los
cultos; como colocar una sombrilla de playa frente al altar en una
convención y decirle a la iglesia que eso significa estar bajo la sombra
de Dios, “pasen bajo la sombrilla y recibirán la unción” así de fácil.
Pero amados lectores, Dios en el Salmo 91 no habla de
pasar, sino de habitar. A la iglesia hay que llevarla a la búsqueda del
rostro de Dios, y no a dar una pasada. Claro que ellos preparan un
ambiente de emocionalismo. Estos líderes buscan llevar a la iglesia a
recibir una descarga de emoción pasajera, una pasada bajo la sombrilla
de playa y a saltar y a tirar los zapatos porque el lugar es santo. Pero
no hay una obra de santificación ni una experiencia real con Cristo que
marque esas vidas, que los cambie, que los transforme, que los
convierta en verdaderos cristianos, útiles a la obra del Señor. Solo se
trata de emoción momentánea, de entretenimiento pasajero.
Si usted examina con cuidado las Sagradas Escrituras, sabrá que en el Nuevo Testamento, en donde se nos relata el desarrollo de la iglesia y donde está la doctrina santa para que esa iglesia la guarde, nunca se presento el mensaje por medio de dramas o como lo llaman ahora los “dramaturgos” modernos, “lecciones objetivas” que no es otra cosa que el mismo perro con diferente collar. No hubo en la iglesia primitiva sombrillas, ni escobas, ni títeres, ni marionetas, ni grupos de danzarinas, ni cómicos, ni los hermanos se disfrazaban de demonios, ni los apóstoles les perseguían con espadas de palo, ni dramas ni “lecciones objetivas”. Lo que si había era Palabra úngida, enseñanza profunda, oración, ayuno, Bautismos en el Espíritu Santo, poder, santidad, temor de Dios y frutos del Espíritu. Pero si estas cosas se sustituyen por el entretenimiento pasajero; la iglesia que lo practica llega a pensar que eso es evangelio. Y se torna en una iglesia liviana, abierta al mundo, y es así que entran las zorras pequeñas que echan a perder la viña, se meten la pintura, el recorte en la mujer, el pelo largo en los hombres, las faldas cortas, los vestidos ceñidos al cuerpo, transparentes, escotes pronunciados, el mundo, los demonios, la fornicación, el adulterio, y todo esto bajo la sombrilla del hombre, y por la escoba que barre debajo de la alfombra y por los lideres que le echan tierrita al pecado. Para el que busca emociones pasajeras y entretenimiento, una pasada bajo la sombrilla basta. Sigan bailando con la escoba, que un día de estos salen volando montados sobre ellas. En cuanto a nosotros, queremos lo genuino de Dios, aunque nos cueste. No queremos dramas, dennos el mensaje poderoso de la Palabra. Que nos exhorte, nos consuele y nos edifique. Definitivamente NO acepto ese otro evangelio. Queremos lo genuino de Dios.
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